Los
efectos de la contaminación ambiental sobre nuestra salud
La contaminación ambiental es un
fenómeno que afecta directa e indirectamente la salud de las poblaciones, no
sólo de seres humanos, pues también altera el equilibrio de los ecosistemas. En
general, las personas y los animales de vida silvestre están expuestos a
mezclas de más de dos sustancias tóxicas. Este contacto con contaminantes
tóxicos puede darse durante procesos de producción, distribución o utilización
de productos como medicamentos, alimentos, productos de limpieza, insecticidas,
pesticidas, formulaciones industriales y artículos para el hogar, o bien cuando
éstos son desechados al ambiente. Los casos de exposición a un solo producto
tóxico son raros, y pueden presentarse debido a la actividad laboral o
descubrirse en estudios con animales de laboratorio, aunque prácticamente no se
observan en animales de vida silvestre.
Actualmente se sabe que la mayoría
de los seres vivos residen en áreas donde la contaminación ambiental es
superior a los límites establecidos como saludables. Diferentes organizaciones
dedicadas a la protección e investigación en materia de salud y del ambiente,
como la Organización Mundial de la Salud, la Agencia Estadounidense de
Protección del Ambiente y la Agencia Internacional para la Investigación del
Cáncer han estimado que millones de personas y animales están expuestos a
niveles elevados de compuestos tóxicos y que éstos pueden estar presentes en el
ambiente de cielo abierto, en el agua, en el suelo, en el interior de las casas
o en el lugar de trabajo de muchas personas. Como es de suponer, el tipo de
compuestos tóxicos presentes y su concentración en el ambiente dependerá
estrechamente del nivel de desarrollo industrial de cada país, de la actividad
industrial predominante y de las medidas de protección al ambiente que tenga.
Las alteraciones que producen algunas
sustancias sobre la salud son relativamente fáciles de reconocer y evaluar,
sobre todo cuando estos efectos son inmediatos, como en los envenenamientos o
las intoxicaciones agudas, los problemas respiratorios o en la piel. Es mucho
más difícil establecer una asociación causa-efecto cuando el agente tóxico
produce daños a la salud después de un tiempo largo o cuando las
manifestaciones metabólicas, fisiológicas o patológicas aparecen mucho tiempo
después de la ex posición. Es el caso de algunas sustancias tóxicas que inducen
afecciones cardiovasculares o cáncer.
Las alteraciones que se presentan
en los organismos por contacto con un ambiente contaminado dependen del tipo de
compuestos que se encuentren en las mezclas, de la vía de contacto, de la
concentración, de la duración de la exposición a estos compuestos y del tipo de
metabolismo del organismo expuesto. El contacto con estos compuestos tóxicos
puede ocurrir por inhalación o por vía oral, ya sea en el agua o por el consumo
de alimentos contaminados.
Actualmente se conocen numerosos estudios que
están relacionados con los efectos que producen algunos compuestos tóxicos en
humanos y en otros organismos. Esta recolección de datos comenzó en diferentes
partes del mundo aproximadamente en 1950, y los estudios que han demostrado que
la exposición a niveles elevados de hidrocarburos aromáticos, dióxido de
carbono, de nitrógeno o de azufre, metales pesados y ambientes con una densidad
muy alta de partículas suspendidas de diversa naturaleza, pueden alterar
funciones metabólicas y causar enfermedades o incluso la muerte en humanos,
animales de experimentación e incluso en animales de vida silvestre.
Al cabo de tantos años de
investigación se ha estimado que tan sólo la actividad humana involucra el uso
frecuente de más de 80 mil sustancias diferentes y que anualmente se introducen
o se modifican en su formulación aproximadamente 2 mil compuestos, que en su
mayoría son tóxicos. Debido a esto se han dado a conocer los listados de
sustancias peligrosas y los límites que no deben rebasarse para no poner en
riesgo la salud. Esta lista de sustancias tóxicas liberadas al ambiente parece
casi infinita, y las repercusiones que se han originado en el medio ambiente y
la salud muestran gran variación día tras día.
Hidrocarburos
aromáticos policíclicos
Los hidrocarburos (compuestos
formados por cadenas de carbono e hidrógeno, como los que se encuentran en el
petróleo y sus derivados) son contaminantes frecuentes en el ambiente, debido a
que se liberan durante procesos naturales como la actividad volcánica y porque
se emplean en la fabricación de un sinnúmero de productos. Esto causa que estén
presentes con regularidad en el agua, suelo, vegetales y hasta en tejidos
animales y humanos.
Se ha demostrado que casi todos
los hidrocarburos son cancerígenos y que son capaces de inducir alteraciones
genéticas que tienen repercusiones graves en los organismos. La toxicidad
causada por hidrocarburos ha sido estudiada ampliamente en animales para la experimentación,
con motivo del incremento de enfermedades en vías respiratorias de tipo
alérgicas, en piel y algunos tipos de cáncer que han sido observados en
personas que trabajan o residen en zonas muy contaminadas por hidrocarburos.
Las personas que se encuentran en
ambientes contaminados con bajas concentraciones de hidrocarburos pueden
desarrollar irritación de ojos, mucosa nasal, vías respiratorias altas,
garganta y piel. Los pacientes asmáticos agravan su condición al tener contacto
con este tipo de compuestos. En personas que no tienen asma, puede observarse
dificultad para respirar (disnea), tos, espasmo en el pecho o respiraciones
entrecortadas. Los síntomas que se presentan por exposición a hidrocarburos en
altas concentraciones pueden ser vértigo, náuseas, vómito, irritación
estomacal, somnolencia, taquicardia, cefalea, angustia, confusión, depresión y
en algunos casos hasta la pérdida del conocimiento, convulsiones o muerte.
Algunos estudios recientes han postulado que la exposición a concentraciones
altas de hidrocarburos puede incluso propiciar el impulso suicida en algunas
personas. De hecho, los estados de México que tienen índices elevados de
suicidios son los que tienen más problemas de contaminación ambiental.
A finales de la década de los noventa
se realizó un estudio comparativo en diferentes regiones de Italia; en esta
investigación se evaluó la respuesta inmunitaria en dos poblaciones. Una era
una región no contaminada, y su población no tenía exposición laboral a
compuestos tóxicos. La otra región era un área muy contaminada con
hidrocarburos y partículas suspendidas, producto del tráfico vehicular y la
actividad industrial de la zona. Al comparar ambas poblaciones se encontró que
las células mononucleares de la sangre periférica de las personas expuestas a
compuestos tóxicos ambientales producían espontánea y significativamente tanto
interferón gamma como interleucina 4. El interferón gamma es una citocina,
molécula mensajera del sistema inmunitario que está relacionada con la
actividad de los macrófagos en las respuestas inmunitarias tanto innatas como
adaptativas; la interleucina 4 es otra citocina, relacionada con la
estimulación de la producción de anticuerpos y la inhibición de algunos
macrófagos. Estos hallazgos sugieren que los ambientes contaminados pueden
provocar alteraciones en la respuesta inmunitaria.
Hemos
comenzado a ver a la contaminación ambiental como un proceso transicional
normal del desarrollo, y poco se ha reflexionado en relación con medidas de
prevención fundamentadas en la investigación de la preservación del medio
ambiente.
En la actualidad se emplean con
mucha frecuencia algunas mezclas de hidrocarburos que tienen la capacidad de
alterar la salud de poblaciones grandes debido a que pueden dispersarse en el
ambiente. Tal es el caso de cierto combustible para aeronaves conocido como
JP-8, cuya fórmula exacta se desconoce, pero cuyos efectos en humanos y
animales experimentales se han estudiado por años. Cuando los trabajadores de
aeropuertos se exponen al JP-8, después de algunos minutos de inhalación
presentan bronco-espasmo, náuseas, cefalea, fatiga muscular e irritación de los
ojos que puede convertirse en conjuntivitis. Cuando la vía de exposición es a
través de la piel, el JP-8 se absorbe rápidamente y puede provocar una reacción
inflamatoria casi inmediata, y también disminuir la respuesta inmunitaria.
En modelos experimentales se ha observado que
este compuesto, administrado por vía oral, produce aumento en el tamaño del
hígado y disminución en el peso del timo, así como una disminución en la
respuesta inmunitaria en ratones. Esto se pudo demostrar a través de
experimentos realizados en roedores, a los cuales se les inocularon virus y
bacterias y fueron tratados con diferentes dosis de JP-8. Después de varios
días de tratamiento, la mayor parte de los animales presentaron infecciones
severas; algunos de ellos murieron por esta causa, a diferencia del grupo de
animales que sólo fueron inoculados con los agentes infecciosos y que nunca
tuvieron contacto con el JP-8. Este grupo de roedores pudo resolver sus cuadros
infecciosos al paso de algunos días sin tratamiento.
El
humo de tabaco no sólo es una mezcla de más de 20 tipos de hidrocarburos
aromáticos con los que son tratadas las hojas del tabaco; también contiene una
gran cantidad de partículas que son producto de la combustión de la materia
orgánica que está mezclada con las hojas del tabaco.

El humo de tabaco no sólo es una
mezcla de más de 20 tipos de hidrocarburos aromáticos con los que son tratadas
las hojas del tabaco; también contiene una gran cantidad de partículas que son
producto de la combustión de la materia orgánica que está mezclada con las
hojas del tabaco. Este humo de cigarro, que contiene muchos compuestos
cancerígenos afecta no sólo al fumador, sino también a las personas que se
encuentran cerca de él, debido a que normalmente se libera en espacios
cerrados. Esto hace mas eficiente su ingreso al organismo, ya sea por
inhalación o través de la piel. Incluso una gran cantidad de personas han muerto
por cáncer de pulmón debido a la exposición a humo de cigarro en forma pasiva,
es decir, por convivir con fumadores.
El vinil-benceno es un
hidrocarburo que no se encuentra en ninguna fuente natural; es parte de la
composición del humo del cigarro, del humo que producen los vehículos de
combustión interna y en pequeñas cantidades se usa como saborizante de nieves,
helados y algunos dulces. Los humanos nos exponemos a concentraciones bajas de
vinil-benceno de muchas formas: al respirar aire ambiental, en la comida y en
el agua para beber. También hay exposición laboral a este hidrocarburo, porque
se usa con mucha frecuencia en la fabricación de polímeros y copolímeros
(plásticos) como el poliestireno, latex, resinas, aislantes y caucho. Al
vinil-benceno se le ha clasificado como un compuesto genotóxico y cancerígeno,
debido a que induce un incremento en la frecuencia de aberraciones cromosómicas
y múltiples alteraciones en el ácido desoxirribonucleico (ADN) que constituye
los genes. Las personas expuestas a este compuesto pueden presentar pérdida de
memoria, dificultad para concentrarse o para estudiar y daño en el sistema
nervioso, médula ósea, hígado, riñón y en el sistema reproductor. También se ha
observado una disminución importante en la respuesta inmunitaria de las
personas crónicamente expuestas a este hidrocarburo, que se manifiesta por
infecciones recurrentes o la presencia de tumores malignos.
Dióxido
de carbono (CO2)
Este gas incoloro e inodoro se
forma en todos los procesos de combustión de sustancias que contienen carbono.
En ambientes interiores no industriales, sus principales fuentes son la
respiración humana y el tabaquismo. Los niveles de dióxido de carbono también
pueden incrementarse por la existencia de otras combustiones (preparación de alimentos
y equipos de calefacción) o por la proximidad de vías de tráfico o zonas
industriales.
Aunque el dióxido de carbono no
está considerado como un agente potencialmente tóxico o cancerígeno, al
desplazar al oxígeno y en concentraciones superiores a 30 mil partes por millón
puede causar alguno o varios de los siguientes síntomas: vasodilatación
cerebral, dolor de cabeza, náuseas, mareo, sudoración, temblor, somnolencia,
confusión mental, aumento de la presión arterial e incluso narcosis,
bronco-espasmo, asfixia y muerte, en función de la concentración y del tiempo
de exposición.
En el aire de cielo abierto, la
concentración de dióxido de carbono es de entre 300 y 400 partes por millón, y
en zonas urbanas puede alcanzar concentraciones de hasta 550 partes por millón.
La concentración límite de exposición profesional para periodos diarios de 8
horas es de 5 mil partes por millón; la concentración límite para exposiciones
cortas (15 minutos) es de 15 mil partes por millón. Estos niveles de dióxido de
carbono son difíciles de encontrar en ambientes interiores no industriales como
oficinas, escuelas y servicios en general. En la práctica, en estas áreas se
encuentran valores de 2 mil y hasta 3 mil partes por millón. Si se superan
estos niveles puede deberse a una combustión incontrolada, en cuyo caso el
riesgo para la salud puede no ser debido al dióxido de carbono sino a la
presencia de otros subproductos de la combustión, principalmente el monóxido de
carbono, cuyo límite de exposición es muy inferior (25 partes por millón).
Las
comunidades humanas actuales han nacido y crecido en un mundo contaminado.
Otras generaciones del pasado, les quitaron el derecho de conocer a la
naturaleza como antes era, sin basura, sin contaminantes tóxicos, con animales silvestres
y vegetación. ¿Cómo será el mundo en el futuro, después de las acciones que
nosotros ejercemos sobre la naturaleza?
Monóxido
de carbono (CO)
El monóxido de carbono es un gas
muy tóxico que se produce por la combustión de hidrocarburos como la gasolina.
Es uno de los componentes de las mezclas de hidrocarburos que son producto de
la combustión interna de los vehículos o de máquinas pequeñas que funcionan con
gasolina o diesel. Este hidrocarburo tiene la facilidad de acumularse
rápidamente en áreas que aparentemente tienen buena ventilación y es difícil
percibir su presencia, ya que no es irritante y carece de color y olor, razón
por la cual una persona expuesta puede caer inconsciente y quedar incapacitada
para pedir ayuda.
El mecanismo de acción del monóxido de carbono
se inicia cuando este compuesto se une a la hemoglobina de la sangre para
formar carboxihemoglobina; reemplaza al oxígeno y disminuye la capacidad de la
sangre para transportarlo dentro del organismo. Existen factores que pueden determinar
la severidad de una intoxicación con monóxido de carbono, como su concentración
en el ambiente, el tiempo de exposición y sobre todo la actividad que se esté
realizando durante la exposición, la cual condiciona la frecuencia
respiratoria, que es un factor importante en la captación de monóxido de
carbono por el organismo.
En general los síntomas que se presentan inicialmente por intoxicación con
monóxido de carbono, a una concentración de entre 80 a 100 partes por millón,
son debilidad muscular, arritmias (latidos cardiacos irregulares) y, cuando la
concentración alcanza entre 100 y 200 partes por millón, se presentan dolor de
cabeza, mareos, confusión y náusea, que son intermitentes y pudieran pasar
desapercibidos o ser confundidos con malestares asociados a otras enfermedades
como gripe o problemas gastrointestinales. Estos síntomas pueden presentarse
por varios días o hasta semanas después de la exposición al monóxido de
carbono. Las personas que tienen enfermedades cardiovasculares o hipertensión
tienen un riesgo mayor de morir por intoxicación con monóxido de carbono, así
como los bebés de mujeres embarazadas que se exponen a monóxido de carbono por
largos periodos de tiempo. La exposición a concentraciones superiores a 700
partes por millón por periodos de poco más de una hora provocan otros efectos
mucho más graves en el sistema nervioso central, como estados comatosos y
muerte.
Conclusiones
Los trabajadores pueden llevar
sustancias peligrosas del trabajo a la casa en la ropa, el cuerpo, las herramientas
y otros artículos. Sin darse cuenta, los trabajadores pueden exponer a sus
familias a estas sustancias y afectar su salud. Eso también puede ocurrir
cuando la casa y el lugar de trabajo no están separados, como ocurre en las
granjas.
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¿Cuántas generaciones hacen falta para que nos demos cuenta
que estamos extinguiendo a la especie humana?
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Muchas personas fabrican, procesan
o desechan compuestos peligrosos al medio ambiente sin tener información,
capacitación o responsabilidad para hacerlo, de manera que el ambiente se ha
convertido en un reservorio de compuestos tóxicos que han alterado gravemente
los ecosistemas y las comunidades humanas. Los alimentos producidos para el
consumo humano y animal se producen y se consumen con sustancias que son
adversas para la salud y potencialmente carcinogénicas, como los pesticidas,
sin que se tenga una certidumbre del tipo y de la concentración que alcanzan
estos compuestos en los alimentos o el agua.
Hace falta que se informe y se
convenza a la comunidad de que la contaminación ambiental es un problema grave
que nos afecta a todos, y que las consecuencias de las actividades de
generaciones pasadas las estamos padeciendo actualmente, con el incremento de
la frecuencia de enfermedades crónico-degenerativas, alergias, infecciones y
cáncer. Hace falta que las poblaciones humanas recapaciten que si no hay un
mejoramiento del ambiente, basado en cambios de actitud en los procesos de
industrialización y hábitos de transporte, alimentación y de desecho y reciclaje
de materiales, cada vez que respiramos, comemos o tomamos agua estamos
incrementado nuestro riesgo de enfermar y morir por causa de la contaminación
del ambiente que hemos consolidado al paso de los años y que en lo futuro será
mucho más grave.
Mucho se ha documentado acerca de
las miles de especies de plantas y animales que debido a la actividad humana se
han extinguido del planeta, y hasta se han desarrollado campañas exitosas para
preservar algunas especies que están en riesgo. Los ambientalistas nos preguntamos
con frecuencia cuántos niños malformados tienen que nacer, cuántos con
enfermedades intratables que mueren en los primeros meses de vida, cuántos
niños y personas tienen que morir por cáncer, cuántas personas tienen que vivir
con una salud deteriorada, cuántas generaciones más habrá que esperar para que
hagamos conciencia: ¿hasta cuándo el ser humano iniciará una campaña para la
preservación de la especie humana?